viernes, 18 de septiembre de 2015

Ange ou Demon Le Secret Elixir


Amanecí tarde, en realidad escuche la alarma y decidí seguir un rato mas aferrada a la almohada, y aquel sueño que dio calor a esta gélida mañana sureña.
Anoche me entretuve jugando a la Rayuela con Cortázar, así pasaron las horas, luego vinieron recuerdos de lejanas andanzas y mis demonios se alteraron.
Marita, amigachina mía, viste que no estaba tan bueno tomar clases de yoga, aunque no sé si fue la clase de yoga o bien nuestras charla posterior. Te aseguro que a veces se torna complicado la existencia de aquellos pensamientos y los que supuestamente debo tener. En mi interior me quedo con “aquellos”.
Con esto de levantarme mas tarde de lo habitual, se complicó el peinado, no alcance a marcar un puto rulo y menos aún plancharlo. Recurrí al labial rojo para estos labios carnosos y a un vestido verde al cuerpo. Dos opciones antes de que reparen en la maraña de mi cabellera miran la voluptuosidad de mis labios o de mi pechera amplia también ella.
Desconozco el motivo pero siento ambigüedad de deseos, por un lado quiero que me digan o recibir un mensaje con palabras tiernas y seductoras, embriagadas de deseo. A su vez la bestia que reside en mí pide a gritos por las más oscuras palabras y deseos impregnados de perversiones, entonces mientras evalúo ratios, bancos, cotizaciones sobre el barril de petróleo, estos pensamientos se debaten entre fríos números, deseos de adolescente cursi, y otros de perra perversa. Les aseguro no es fácil ser María.
Decidida a salir de esta confusión matutina, me dirijo a la cocina de la empresa, lavo un par de tazas y la cafetera con café quemado del día anterior, recuerdo a un ex compañero de trabajo que se enojaba cuando tirábamos restos de café molido en la pileta, se fue muy loco, pero loco de atar, se mudó a Mendoza buscando la cordura que perdió vaya a saber porque motivo. La cosa es que yo no lo quería ni ver al muy estúpido, cuando llegó a la ciudad compartí con él cenas, momentos de amigos y familiares, hasta que un día lo escuche hablando con un amigo de su ciudad y menciono a Maria y el grupo de las feas, así trataba a mis amigas, no lo toleré y le deseé lo peor, y lo peor sucedió la chica de la cual se enamoró y ahora es madre de sus hijos es tan fea, pero tan fea que le dicen cucaracha. Lo recuerdo y disfruto.
Por un rato mis deseos ambiguos se perdieron recordando al loco de mi ex compañero.
Y logré llegar a la conclusión que el problema reside en el perfume que uso hace un par de años “Ange ou Demon”, creo que esta tarde me compro el Samsara y problema solucionado.

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