miércoles, 30 de septiembre de 2015

Gladiadora o Esclava - ¿Porque no ambas? -



Ayer luego que mi jefe me avisara que por la tarde no vuelva a la oficina ya que había un corte de luz programado. Lo convencí a Mr.B de viajar a Neuquen ya que tenía pendiente unos análisis por autorizar y retirar medicación. En una corrida me vestí para la ocasión bermuda de vestir sobre la rodilla, camisa, y para variar salí despeinada y con el maquillaje en mano, una vez más recurrí al fucsia en mis labios y un collar importante para desviar la mirada de mi cabellera. En los pies unas texanas cortas y taco bajo, lamente no verme parada sobre unos buenos tacos que estilizaran mis largas y rellenitas piernas.
Logre que autoricen los estudios, cosa complicada en estas épocas, ya que la obra social está cada vez peor. A la salida encontré un local lleno de boludeces divinas, me entretuve y compre esencias, aromas textiles, tazas con colador y unos té en hebras, yo feliz de  la vida, pero el padecimiento de Mr. B había comenzado en el instante mismo que me vio aparecer con dos bolsas cargaditas de cosas, a lo que dijo, “mira que buenos los de la obra social te regalan huevadas”, me reí, saque de una de las bolsitas un aroma y le dije para vos también hay, va es para tu auto y le entregue una botellita conteniendo un aromatizante con exquisito aroma masculino.
Con el pretexto de comprar el alimento para gato y perros, nos fuimos al shopping, el primero en hacer gastos fue él, un bolso camuflado y un gorrito que aunque aparenta ser ridículo, le queda muy lindo. Yo solo me incline por Rapsodia y mucho no compre, porque mi misión era buscar sandalias “bajas”, hace un tiempo se me calentó por tener gladiadoras a la rodilla, en otros tiempos las llamaron esclavas. En ninguna de las zapaterías del shopping las conseguí, por ultimo entre en un local de Jesús Fernandez porque se me ocurrió un culote de encaje, cosa que tampoco encontré, había de otras marcas pero de JF ninguno, entonces decidí seguir sin calzones por la vida, mas allá que recordé los ochenta y pico que tengo guardados.
Salimos de ahí estacionamos en el alto de Neuquén y caminamos un montón, en el recorrido por Avenida Argentina, escucho una melodía suave, simple, bella, luego me encuentro con el hacedor tan sublime música, guitarra en mano, armónica al cuello, una cabellera blanca, abundante, gorrita al piso, se encontraba frente a una vidriera de una casa de instrumentos musicales, en un acto arrebatado, lo freno a Mr.B, haciendo un gesto con mi mano le pido dinero, le exijo cambio, mientras saque mi billetera y saque $50, observo que de la otra billetera era poco el dinero dispuesto a salir,  así es que meto mi mano en su billetera y le saco más de lo que él pretendía colaborar.  Mire al artista y sentía que todo era música, que todos bailábamos al compás de su arte, sentí como en mis labios se dibujó una amplia sonrisa. No sé porque motivo sentía nervios, entonces moví mis piernas aceleradamente parada sobre el mismo lugar lo mire a Mr.B quien no hacía más que observar mis gestos, abrí grande mis ojos le extendí el dinero y le dije “toma entrégale vos”, solo continuo mirándome. Entonces me acerque al músico, me agache suavemente como para no interrumpirlo y siempre dirigiendo la mirada a su rostro, deposite el dinero. Desconozco si  a todos saluda y agradece por igual, pero para mí fue su gesto inventado para mí. Inmediatamente regreso buscando los brazos de mi hombre, sintiéndome feliz de mi vida, hago un par de saltitos hasta llegar a él, quien me abraza y me dice “ahh, gordita porque sos tan así, tan vos” seguimos nuestro camino y aquella guitarra dejaba escapar Let it be…
Pero como no todo es romanticismo con este buen Sr. detiene su marcha cerca de la seguridad de un local y me dice “mira el policía te espera para llevarte por carterearme”, nos reímos y le aclaré que lo de gordita estuvo de más.
Liviano, simple y lindo transcurría este día. llevar esta vida sola puedo, pero de a dos es más fácil, con su dulce mirada, con la sorpresa que le provocan mis actos, con él admirándome a pesar de mis errores, con el amando tan sinceramente. Todo se puede.
Les aseguro que flotaba, levitaba, iba en la “nube Mari”, cuando a travesando el paso a nivel encontramos una carpita de campaña política, es que el próximo domingo eligen intendente, les aclare que no votábamos allí así es que no pierdan tiempo con nosotros. Finalmente en una de las vidrieras encuentro “las gladiadoras”, me paro frente a ellas, escuchando a Mr.B  que me relataba no sé qué historia de un libro que está leyendo, pero yo no tuve mas sentidos que para aquellas sandalias, las señale y le dije “acá están, esas, esas” me tomó por la espalda y llevo hacia la puerta del local, su cara no era de las mejores, es que no comulga con mis gastos. En tan solo minutos estaba parada frente al espejo con las gladiadoras clavadas hasta las rodillas, lindas no lo niego, pero, y como esta palabrita no puede faltar en mi vida, observé a mi alrededor y descubro lo que me negaba a ver, zapatos, bellos y hermosos zapatos ostentando sus altos tacos y yo parada en esas ridículas sandalias híper bajas. Me las saque me puse las medias, criticadas por Mr.B las texanas y casi sin emitir sonido le dije al vendedor que las llevaba, mientras firmaba el talón de la tarjeta, me calmaba por no gritar y terminar en llanto, sentí bronca, pena por mí, por no soportar mas esos zapatos, porque todo ese lugar me recordaba la mierda de síndrome que tengo y afecta mis tobillos, por ahora mis tobillos, mas bronca e impotencia sentí cuando descubro en mi antebrazo derecho varios hematomas, también producto de este síndrome.
Salimos del local, lo miro a Mr.B y veo su cara de frustración por el gasto injustificado, según él, entonces decidí mencionarle lo que estaba sintiendo, no lloré porque el día vivido no se lo merecía, porque logre conseguir y comprar las gladiadores, porque al cruzar la Avenida un auto paso en rojo y casi nos atropella, porque un niño me devolvió futuro, deseos y sueños, con su comentario inocente, le prometió a la abuela que cuando él sea grande va a tener un Ferrari, mas linda que ese auto y la iba a poder llevar a comprar para que no le pase nada. Entonces las incipientes lágrimas se fundieron en una sonrisa, un fuerte abrazo, mirada cómplice y seguimos camino. Nuestro camino de a dos, con mi imperfecto amor y su prolija forma de ver la vida.
Siento que soy esclava de por vida del Síndrome antifosfolipidico, que me ha obligado a tomar tantas decisiones y queda una mas por tomar en este año, trascendente en mi vida profesional, pero bueno debo tomarla. Este síndrome me esclaviza y a su vez me ha hecho gladiadora, mi lucha, mi batalla está en juego, minuto a minuto nos debatimos y hasta ahora puedo decir que le voy ganando.
Las gladiadoras están buenísimas con uno de mis vestiditos cortos se van a ver geniales, ya me imagino haciendo pasarela por la Avenida Carlos H. En cuanto Mr.B cenó un plato de ñoquis con bolognesa acompañado por un Schroeder rebajado con soda y feliz de la vida.

sábado, 26 de septiembre de 2015

Deseos de ti

Quiero beber kilómetros de mates, los suficientes que me lleven a tu destino,
Para luego tomar litros de vos.
Sentir el dulce sabor de la yerba,
Y degustar el salado camino que recorre tu abdomen.
Ven a mi encuentro, espérame en tu súper auto,
Aquí está tu súper chica.
Unamos nuestra fascinación por lo bello, perverso.
Sentarme suavemente, deslizarme en el cómodo asiento,
Deseo deleitarme con tus ojos sobre mis piernas,
Tu mano en la palanca de cambio.
Y los dos a punto de volar en mil pedazos.
Cerrar la puerta y dejar un húmedo beso estampado en la comisura de tus labios.
La sensualidad de verte manejar, sonreír a medias, levantar al descuido mi corto vestido.
Vivir una vez más aquel encuentro fugaz, por demás erótico, nuestra charla, risas, tus pies acariciando mis piernas, mis manos en todo tu hermoso ser.

Tus gestos, tus gestos, y las promesas que dejamos dando vueltas en el aire, promesas que todo amante hace en la fascinación del encuentro, del gozo eterno plasmado en un momento.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Muchas tardes, un encuentro - Parte I -


Transcurría mi vida en la pasividad del día a día, con los sobresaltos propios del trabajo y mi interior en ebullición debatiéndome en la urgencia de los 40 años que  muy a pesar de su pronta llegada me sentía aún más joven, tratando de decidir cómo afrontarlos.

Con mis pensamientos cada vez más intensos, en un matrimonio en pleno conflicto, tratando de salvar esos 13 años de amor y supuesto entendimiento. Volviendo a escribir y exigiendo libertad.

Y como pasa cuando se está buscando el cambio, cambié mi look, corte mi pelo lo teñí de rubio platinado, gran cambio el mío que hasta ese momento lo llevaba castaño oscuro. Lo peinaba con grandes rulos, quite 10 kilos de más y como cada inicio de primavera tosté mi piel bajo el sol de esta árida ciudad.

Una mañana amanecí más brillante que el sol, con mas bríos que un potro salvaje, vestí una camisa blanca sutilmente transparente, debajo un corpiño de un absoluto encaje blanco, pollera a la rodilla de broderie blanco, zapatos stilletos muy altos, maquillé mis labios color carmesí y enmarque mi mirada con un suave delineado negro, como accesorios un collar dorado el cual resaltaba aún más el escote.

Camine el recorrido que me lleva hasta la oficina, absorbiendo el fresco aire de la mañana, la cual indicaba sería una tarde de intenso calor.

En el transcurso de la mañana el gerente me informa que debería participar de una reunión con dos personas de una refinería y metalúrgica, de Buenos Aires ellos,  pero dueños de negocios de nuestra ciudad petrolera,  con quienes podríamos hacer alianzas estratégicas.

Me hago presente en el sitio de la reunión tres hombres aguardando mi llegada, entre ellos mi jefe, todo  transcurre normal, presentaciones de empresas, productos, una reunión mas, solo  uno de los participantes, muy joven él, miro y observo con detalle cada uno de mis gestos, el ir y venir de mis labios, sus ojos en mi amplio escote, aunque esto también ocurre en más de una reunión de las que participo. Nos despedimos con el compromiso de enviar cierta información para lo cual intercambiamos tarjetas personales.

Al día siguiente me sorprende el llamado de Matias, uno de los participantes de la reunión, el poseedor de los ojos en mi escote,  dueño de una refinería, 29 años, estatura normal un metro setenta quizá, cabello claro, blanco, una amplia sonrisa la cual deja al descubierto blancos y prolijos dientes. Me solicito que le enviara algunos datos por correo electrónico.

Información enviada, confirmación de recepción de parte de los interesados, tema terminado.

Aunque lo que yo creí ser tema terminado, para Matias no lo era, o si, pero le interesaban otros temas. Recibo un nuevo llamado aunque esta vez se anticipó y me expresó que no tenía nada que ver con tema laboral. Solo que necesitaba decirme que estaba totalmente perturbado desde el día que me vio no ha podido dejar de pensar en mí,  imaginar mi sonrisa de labios carnosos, mi sugerente camisa y amplio escote. Luego se disculpó y me pregunto si estaba molesta, a lo que respondí que no. Muy al contrario le agradecí y me despedí enviándole un beso de esta boca de labios pulposos.

A partir de esa noche durante muchas noches mas y otros tantos días, nos comunicamos a través de mensajes, escasas llamadas que solo eran con la finalidad de que el apagara su fuego al escuchar mi voz.

Nos enviamos fotos, nos decíamos lo que deseábamos hacernos uno al otro, viví un mundo de fantasías impregnado de deseo y  así escape de las guerras planteadas en casa.

A medida que pasaba el tiempo más nos provocábamos y aún más deseábamos un encuentro. Es así que surge la posibilidad o para que engañar, prepare todo para irme una semana a Bs.As. Con el pretexto de hacer un chequeo de mi salud con hematólogos de allá.

Le avise y si bien yo disponía de un fin de semana libre, él se ausentaba de Bs.As. Para ir a su ciudad natal a cerrar negocios, me sorprendió que no optara por quedarse y disfrutar juntos de ese fin de semana supuestamente tan deseado. Entonces empecé a dudar de que se concretara el encuentro.

Llegue un día jueves y le avise ni bien me encontré instalada en el hotel. Quiso saber si yo deseaba anticipar el encuentro, pero que solo disponía de un par de horas a lo que le respondí que mejor lo dejemos para su regreso dentro de la próxima semana, yo tampoco disponía de mucho tiempo ese día, si no seguramente hubiera aceptado. Luego me propuso que fuera a un sex shop y adquiriera ciertos “juguetitos”. Cosa que me pareció interesante y la verdad que frecuento un muy bueno y serio.

Una hora después de ese mensaje ya me encontraba en el local del placer. Busque ansiosa lo solicitado y no voy a negar que uno de sus pedidos me sorprendió, tuve que llamarlo para saber si se trataba de eso y si él ya lo había usado, a lo que respondió que hasta el momento nunca y que lo había visto en internet, que yo lo inspiraba a usarlo.

 Jamás hubiera imaginado que inspiraba tan bajos instintos.

El día domingo recibo un mensaje preguntándome como estaba y expresando su ansiedad por nuestro encuentro. El martes se volvió a comunicar, en veinte minutos estaría en la puerta del hotel esperando por mí.

Me bañe, pensé si lo que hacía era adecuado, perfume cada uno de los lugares de mi cuerpo que imagine él andaría, recorrí la extensión de mis largas piernas con una crema satinada, las observe tostadas, firmes, sin marca alguna, no llevarían medias finas, seguramente interrumpirían el paso de mi fogoso amante, maquille muy suave mis labios y una picara sonrisa se reflejo en el espejo.

Mi interior estallaba y disfrutaba cada segundo de tan intenso momento previo a nuestro encuentro, me decidí por una calzón de encaje negro,  soutien sin armazón también de encaje negro y un vestido muy corto aunque ancho con cierre en el escote, color violeta, zapatos esta vez no serían altos, solo unas botas texanas bajas.

La melodía de mi celular me devolvió a la supuesta realidad ya que todo lo que transcurrió ese día fue de otro mundo. La voz de Mati, la cual dejó al descubierto sus nervios, me avisaba que nuestro tiempo había llegado.

Tome mi cartera, y la bolsa con los artilugios comprados, tan solo dos pisos y un pasillo de veinte metros me alejaban de él y su invitación a la lujuria, de él y su perversión.

No estaba en la recepción como yo esperaba, es que luego  me di cuenta que nada sería como yo esperaba. 

Lo vi parado a un lado de la puerta del acompañante de su auto, un Audi coupe A5 negro vidrios polarizados, él vestía un jean,  zapatos y cinto color beige, camisa a cuadros roja, lo vi lindo, su amplia sonrisa me invitaba a subir, por un instante dude y detuve mi marcha, dude de mi, de mi cuerpo, de mi edad, de su perfecta sonrisa que atrapada me tenía.

Entonces pensé un paso, solo un paso más hacia él y esta pasión desenfrenada, y ese paso di, allí estaba parada a su lado, con mis grandes rulos rubios, mis largas piernas expuestas un poco más de lo habitual, y mis gruesos labios estampando un beso en su mejilla, él solo atino a mirarme desde los pies recorrió poco a poco mi cuerpo, llegó a mis ojos recorrió poco a poco mi cuerpo, llego a mis ojos, se mordió parte de su labio inferior, movió su cabeza hacia los lados, miro fijo mis labiorere, se mordió parte de su labio inferior, movió su cabeza hacia los lados, miro fijo mis labios y finalmente dijo “sos hermosa”. Me tomo por la cintura y guio dentro del auto, cerró la puerta y supe que no habría forma de volver atrás, que ya no era la misma.

Durante los primeros minutos solo escuchamos la música que luego supe él eligió para ese momento, recital en vivo de Soda Stereo, año 2007. Un largo recorrido esperaba, ya que él vive en un barrio privado en Del Viso, y mientras rodábamos nuestras vidas, nuestros deseos, pasiones, Cerati nos decía “te llevare hasta el extremo” letra premonitoria. Entonces le dije, haciendo referencia a la música, ¿es la noche que nos espera? a su amplia sonrisa la acompaño su mirada picara, levanto una ceja y la dirigió hacia mis piernas. Entonces respondió  “y si, algo parecido, pero vos serás mi mayor domo”. Nos reímos y la conversación fluyo, nuestras almas se conocían desde el más allá, no necesitaron presentación, ellas eran antiguas, en nuestros jóvenes cuerpos, ellas danzaban felices del encuentro, ellas sabían antes que nosotros de este encuentro, lo deseaban, lo esperaron siglos. Y allí estaban a punto de unir perversión, deseo, pasión, jugaban con nuestros cuerpos.

Durante esos casi treinta kilómetros, sentí manejar la situación, nos provocábamos, comentábamos sobre los mensajes enviados durante más de seis meses, su alto nivel erótico, las veces que él no pudo incorporarse del sillón de su oficina por una incipiente erección generada por alguna foto mía. O la sorpresa al recibir mis mensajes durante algún evento empresarial y ver su concentración disipada por completo.

La ruta recorrida fue una de las más bellas, esa tarde el brillo del sol solo iluminó nuestros gestos, es más me atrevo a decir que la luz que irradiaron nuestras sonrisas opacaron los rayos de aquel sol.

Llegamos a destino, estaciono su nave, descendió y abrió la puerta de mi lado para que yo descendiera, me ayudo con la bolsa mientras yo colgué de mi hombro la cartera, eran las seis de la tarde, aun unos niños jugaban por las calles a la vista de sus madres o niñeras, a nuestro paso uno de ellos se acerco en busca de la pelota que se deslizaba por las piernas de Mati, quien con un tierno gesto le acaricio el cabello color maíz, el niño se sonrió, chocaron sus manos y seguimos nuestro camino. Subimos por ascensor al segundo piso, abrió la puerta y me invito a pasar luego lo hizo él. Una vez adentro, tomo mi cartera para colgarla se dirigió hacia el living, un amplio ambiente confortable, del cual solo nos moveríamos hacia la cocina, en busca de un fernet  o al baño, ya les contare mas sobre el baño.
Continúa

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Un abrazo

Al despertar, vos aún dormías, entonces rodee con mis brazos tu viril cuerpo
de musculosa espalda y fuertes brazos
Con mi nariz pegada a tu piel absorbí tu aroma impregnado de vos y tus sueños
En ese simple acto te amé, te amé imperfecto, te amé hombre mío.
Sane tu niño herido.
Despertaste y sonriendo me dijiste soñé que volaba.
Lo que nunca supiste es que aferrada a tu cuerpo te amé más que nunca, más que a nadie.
Solo por ese instante ame puro, simple, a pesar de mi imperfecto y errado ser.

viernes, 18 de septiembre de 2015

Ange ou Demon Le Secret Elixir


Amanecí tarde, en realidad escuche la alarma y decidí seguir un rato mas aferrada a la almohada, y aquel sueño que dio calor a esta gélida mañana sureña.
Anoche me entretuve jugando a la Rayuela con Cortázar, así pasaron las horas, luego vinieron recuerdos de lejanas andanzas y mis demonios se alteraron.
Marita, amigachina mía, viste que no estaba tan bueno tomar clases de yoga, aunque no sé si fue la clase de yoga o bien nuestras charla posterior. Te aseguro que a veces se torna complicado la existencia de aquellos pensamientos y los que supuestamente debo tener. En mi interior me quedo con “aquellos”.
Con esto de levantarme mas tarde de lo habitual, se complicó el peinado, no alcance a marcar un puto rulo y menos aún plancharlo. Recurrí al labial rojo para estos labios carnosos y a un vestido verde al cuerpo. Dos opciones antes de que reparen en la maraña de mi cabellera miran la voluptuosidad de mis labios o de mi pechera amplia también ella.
Desconozco el motivo pero siento ambigüedad de deseos, por un lado quiero que me digan o recibir un mensaje con palabras tiernas y seductoras, embriagadas de deseo. A su vez la bestia que reside en mí pide a gritos por las más oscuras palabras y deseos impregnados de perversiones, entonces mientras evalúo ratios, bancos, cotizaciones sobre el barril de petróleo, estos pensamientos se debaten entre fríos números, deseos de adolescente cursi, y otros de perra perversa. Les aseguro no es fácil ser María.
Decidida a salir de esta confusión matutina, me dirijo a la cocina de la empresa, lavo un par de tazas y la cafetera con café quemado del día anterior, recuerdo a un ex compañero de trabajo que se enojaba cuando tirábamos restos de café molido en la pileta, se fue muy loco, pero loco de atar, se mudó a Mendoza buscando la cordura que perdió vaya a saber porque motivo. La cosa es que yo no lo quería ni ver al muy estúpido, cuando llegó a la ciudad compartí con él cenas, momentos de amigos y familiares, hasta que un día lo escuche hablando con un amigo de su ciudad y menciono a Maria y el grupo de las feas, así trataba a mis amigas, no lo toleré y le deseé lo peor, y lo peor sucedió la chica de la cual se enamoró y ahora es madre de sus hijos es tan fea, pero tan fea que le dicen cucaracha. Lo recuerdo y disfruto.
Por un rato mis deseos ambiguos se perdieron recordando al loco de mi ex compañero.
Y logré llegar a la conclusión que el problema reside en el perfume que uso hace un par de años “Ange ou Demon”, creo que esta tarde me compro el Samsara y problema solucionado.